miércoles, 23 de marzo de 2016

EL CENTRO CULTURAL NÉSTOR KIRCHNER



La cámara oculta del Dr. Lacan
Los monumentos hablan

Una construcción monumental cobra valor histórico no solo por ser algo fuera de lo común, por su gran tamaño o por su valor simbólico. Lo alcanza también porque su historia (la de los fundamentos que dieron lugar a ponerla en pie, la del proceso de construcción o de restauración o refuncionalización , la del nombre asignado, la de los debates públicos que suscitaron) sirven como registro para leer la Historia, casi como una historia clínica de lo social. Como el parletre, los monumentos también hablan.
Veamos, por ejemplo, los resultados de la demonización del CCK: de multitudinario centro cultural a SALÖN VIP para unos pocos (recepción a presidentes extranjeros y sala de reuniones para entrevistas -nada pluralistas- con el Presidente.)
Elocuente consecuencia de un largo proceso:
-Dijeron de sus costos desbordados, pero las críticas a los números nunca fueron claras
- Se espantaron de que le pusieran el nombre del Néstor Kirchner pero se soslayó que quien se cargó al hombro ese proyecto fue el ex presidente
-Se pasó por alto y se lo sigue pasando que ese lugar fue fundido y abandonado por Franco Macri cuando funcionaba como Correo Central y con pérdidas que fueron absorbidas por el Estado. Se indujo a que espanten los costos de la restauración, al tiempo que se soslayaba la deuda del Macri Clan.
-Fue blanco de un machacar insistente e insidioso por parte de un sector fundamentalista (e interesado) del patrimonialismo en cuanto a los parámetros de la restauración y la refuncionalización, transmitiendo todo el tiempo la idea de que directamente estaban bombardeando la construcción original y que de ella nada -nada- iba a quedar.
-Produjo la novedad de darle sede fija a la Orquesta Sinfónica Nacional, que no la tenía desde hace años.
-Fue visitado por miles de personas de todas las clases sociales, para muchos de ellos una experiencia iniciática en cuanto a la concurrencia a centros culturales.
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Nada es perfecto y todo tiene su falta. Y si había cosas que revisar (tanto en las cuentas como en las modalidades contractuales, operativas o de programación) no era opción superadora hacerlo por la vía del cierre que de hecho vive ni rajando al personal del lugar, personal que también fue demonizado como una manga de ineptos "militantes". No fue mi experiencia: con Olga Cosentino trabajamos durante un mes con sus equipos de producción para la presentación del libro sobre Juan Carlos Gené y fue todo impecable (y nobleza obliga reconocer que soy oficiante francamente rompebolas a la hora de producir: todo lo que pedimos estuvo en tiempo y forma, tanto en lo técnico como en lo operativo, fue una experiencia de trabajo de alta gama).
Al CCK lo vaciaron de sentido hasta en su materialidad y la foto también es elocuente al respecto, y puede que hasta vayan por su nombre y de a poco lo vayan transformando en oficinas, ya no de correos, quizá ocurra solo un ratito antes de que al CCK se lo trague el olvido, que de eso se trata toda esta demencial operatoria..